Auristela Hernández Camacho

“Soy del tipo de mamá consentidora, pero firme para para guiar el crecimiento espiritual, académico y el desarrollo personal de mis hijos, quienes siempre encuentran en mí apoyo incondicional”.

Aunque su actividad laboral es de tiempo completo esta contadora pública siempre se las ha ingeniado para encontrar el equilibrio ideal entre el trabajo y el hogar. Y a pesar de que en el estricto sentido de la palabra no lo sea, sus hijos la sienten como una “madre de tiempo completo y un papá de tiempo parcial”.

De sus hijos Sebastián David, de 21 años estudiante de noveno semestre de Ingeniería electrónica de la Universidad del Norte, dice que es un joven muy aplicado, hogareño, amoroso y con un gran corazón, y de Isaac Daniel, de 5 años y medio, comenta que, además de amoroso, es un niño alegre, analítico, muy amiguero y atento. “Él dice que es mi dulce compañía”, dice sonriente.

“Desde cuando eran muy pequeños les ha inculcado valores tales como respeto, amor propio, humildad, honestidad, constancia en todo lo que emprendan y a que no digan que no pueden, porque todo lo pueden en Cristo que los fortalece”.

Precisamente a Dios le atribuye Auristela la inspiración para motivar a sus hijos cada día con palabras y con el ejemplo a fin de que logren todo lo que se han propuesto, inculcándoles las bases cristinas tan necesarias en los tiempos actuales.

En el transcurso de su vida tres etapas la han marcado de manera particular.

La primera fue cuando nació mi hijo mayor a quien tuve casi al mismo tiempo de iniciar mis estudios universitarios, pero mi madre estuvo ahí para apoyarme mientras yo trabajaba y estudiaba. La segunda etapa fue lidiando con su rebeldía de preadolescente y durante su adolescencia por el divorcio de nosotros, sus padres, recuerda ella ahora.

Luego se refiere a la etapa actual, la tercera, la pandemia por Covid-19: “en esta no he tenido apoyo de nadie. He estado sola con ellos dos, siendo madre, padre, maestra, ama de casa y, obviamente, respondiendo por mi trabajo con excelencia y asumiendo nuevas funciones, lo cual ha demandado mucho más tiempo”.

“Para mis hijos la familia es muy importante y son felices compartiendo con sus abuelos, tíos y primos. El tiempo libre juntos para nosotros transcurre dialogando, orando, viendo películas y jugando, especialmente juegos de mesas”.

A la alcaldía está vinculada desde hace 9 años y 2 meses, tiempo durante el cual ha estado trabajando en la Oficina de Contabilidad de la Secretaría de Hacienda, en Carrera Administrativa inicialmente en nivel Profesional y ascendió a Especializado. “Brindar servicios profesionales con excelencia y cada día dar lo mejor, me produce gran satisfacción”, anota.

Elaborar los estados financieros del distrito; reportar ante los entes de control y entidades públicas los informes contables; consolidar la información financiera de los entes de control distritales y del Fondo de Servicios Educativos, para incorporarlos a los estados de situación financiera del Distrito de Barranquilla, y conciliar cuentas recíprocas con entidades estatales para establecer saldos reales del balance, son sus funciones principales.

Especializada en Finanzas Públicas, Auristela se siente realizada en el cargo que ocupa y también como Agente de Cambio de la Oficina de Contabilidad. “Ser servidora pública en la Alcaldía representa la oportunidad para potencializar mi don de servicio hacia los demás y hacia mi ciudad, con el enfoque de su desarrollo próspero y pujante”, dice complacida.

Trabajando desde casa, un día habitual está lleno de actividades propias de mis funciones, en ocasiones las jornadas estresantes por la premura de generar informes y ser procesados en el sistema para que su presentación sea oportuna. En medio de esta virtualidad, está también el hecho de acompañar a mi hijo menor en sus actividades escolares.

A las mujeres que recién comienzan a asumir la doble responsabilidad como mamá y papá les aconseja que “no tengan miedo de afrontar este nuevo rol, que se aferren a Dios, que caminen agarradas de su mano porque Él nunca nos abandona y es quien nos fortalece cada día y nos da sabiduría para afrontar las distintas situaciones de la vida”.

Auristela responde:

Dos cualidades…
Lealtad y sinceridad.

Un rasgo de tu carácter…
Mi disposición a servir.

Un hábito social que rechazas…
Ostentación.

Aficiones…
Orar y compartir la palabra de Dios, bailar, viajar, cocinar.

Tu mejor recuerdo…
El nacimiento de mis hijos.

Tu plato predilecto…
Lengua en salsa agridulce, albóndigas y camarones.

Un postre…
Tiramisú.

Tu color preferido…
Rojo.

La satisfacción más grande…
Compartir el evangelio y que las personas reciban a Jesús en sus vidas.

Tu próxima meta…
Crear un emprendimiento para generar empleo.

Una palabra para definir tu vida…
Guerrera.

Una asignatura pendiente…
Maestría en tributaria.

Un libro…
La Biblia.

Una película…
Cuarto de guerra.

Una canción…
Al final – Lilly Goodman.

Un lugar…
Israel.