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Vivir pa’dentro: lo positivo de la cuarentena
Todos estamos en la misma barca, como bien dirían por ahí...
Afrontamos una situación de emergencia mundial sin discriminación de nacionalidad, sexo, edad ni estatus social. Pero ¿realmente qué representa este frenazo global? A pesar de las numerosas vidas que ha cobrado el coronavirus, hay que destacar que las naciones se han unido con un mismo propósito: sobrevivir. Las luchas económicas y las guerras han pasado a un segundo plano.
Si hay algo positivo que ha traído esta cuarentena a nivel mundial, es que muchas familias estamos teniendo algo que con el ritmo de vida actual cada vez sucedía menos: tiempo de calidad con los nuestros.
Al permanecer en casa, estamos reconociéndonos, compartiendo tiempo juntos y, especialmente, valorando a quienes más amamos. A pesar de todo, estamos teniendo una oportunidad maravillosa, al poder tener a nuestros hijos a nuestro lado, para disfrutarlos, para descubrir con ellos, para soñar e imaginar. Hemos vuelto a vivir momentos en familia, que cada vez se volvían más esquivos. Momentos en familia que no podríamos tener si no tuviéramos que estar aislados en nuestros hogares. Así que valoremos a los nuestros y el tiempo que se nos ha regalado a su lado, aunque no sea en la mejor de las circunstancias.
Otro aspecto positivo ha sido para el planeta, que ha tenido un respiro: menos contaminación del aire para los habitantes de las zonas urbanas; menos emisiones de gases de efecto invernadero para el cambio climático, y vida silvestre que regresa a habitar las zonas urbanas. El caso más cercano lo tenemos con los delfines jugando y nadando en la bahía de Santa Marta y en la bahía de Castillo Grande, un hermoso espectáculo que ya habíamos olvidado.
En el área personal, tenemos la oportunidad de dedicarnos más tiempo, consentirnos, reinventarnos, aprender ese idioma que siempre quisimos, descansar nuestra mente y nuestro cuerpo, leer aquel libro olvidado en la estantería por los afanes en los que siempre vivimos, reconocer nuestro cuerpo y aprender a quererlo.
No todo debe ser negativo, nuestra fortaleza está en poder aprender de estas situaciones y valorar las cosas positivas que nos deja.
No bajemos la guardia y quedémonos en casa.