Edubar reubica a 13 familias que vivían en tres estadios
La Administración Distrital, a través de Edubar, procedió al reasentamiento de 13 familias que estaban viviendo en escenarios deportivos que están siendo sometidos a trabajos de remodelación y reconstrucción, por parte del Distrito, con miras a los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018.
Las primeras unidades familiares en ser relocalizadas fueron 7 que habitaban dentro del estadio de béisbol Tomás Arrieta, en pleno corazón del barrio Montecristo. Las personas cabeza de hogar ejercían funciones de celaduría, cuidado del gramado, aseo y servicios generales. Las siete familias recibieron desde un principio el acompañamiento de Edubar y hoy viven en casas dignas y propias, adquiridas a través de planes de vivienda que ejecuta la administración distrital y para lo cual accedieron a sendos subsidios que otorga la Nación.
En el estadio menor de béisbol 11 de Noviembre, ubicado a un lado del Tomás Arrieta, fueron censadas en su momento 3 familias que vivían dentro de ese escenario. Inicialmente están siendo beneficiadas con el pago de arriendos transitorios en viviendas cercanas, mientras -bajo la asesoría de Edubar- localizan la casa propia elegida por ellos mismos, ya que decidieron unir los subsidios de vivienda otorgados por el gobierno para adquirir una casa amplia en la que puedan vivir juntos, de manera digna y en total armonía.
En la reconstrucción de ambos escenarios el Distrito invierte 45 000 millones de pesos, incluidas labores de interventoría. Las obras civiles están a cargo del consorcio Diamante, conformado por las firmas barranquilleras Mavig S.A., Terrapin S.A.S. y Convías S.A., además de la firma estadounidense Commodore Construction Corporation. Los diseños estuvieron a cargo de Edubar, a través del arquitecto Thomas Dinneny, con especificaciones exigidas por la MLB (Major League Baseball).
En la Cuna del Fútbol
Caso parecido ocurre con las familias que vivían en el estadio moderno Julio Torres, ubicado en el populoso barrio Rebolo, al suroriente de Barranquilla, escenario que ostenta el decoroso título de Cuna del Fútbol Colombiano, por haberse jugado allí en 1922 el primer partido de ese deporte en el país.
A principios de noviembre trastearon sus enseres a una casa cercana, inicialmente en arriendo transitorio pagado por el Distrito a través de Edubar, mientras siguen el proceso de localizar una vivienda que les agrade a todos y en la que puedan vivir tranquilos, después de más 40 años de haber tenido como hogar las viejas oficinas del Moderno.
Luz Marina Charris Navarro fue quizás la moradora más antigua de ese estadio, por cuanto heredó de su padre Juan (fallecido en 2011) la función de celadora del escenario. Ella nació allí y dice incluso haber visto, cuando era muy niña, a Edson Arantes Do Nacimiento ‘Pelé’, una vez que el mundialmente famoso futbolista brasilero llegó en 1972 a conocer al ‘Coloso de la Calle 30’.
Hoy las 10 personas que conforman el hogar de Luz Marina, entre hijos, nietos y sobrinos, junto a su cónyuge Jairo De León, están dispuestas a comenzar una nueva vida en casa propia, la cual están buscando para comprar, también con el acompañamiento de Edubar, uniendo los subsidios que les aprobó el Gobierno Nacional.
Inversiones para el Moderno
El estadio moderno Julio Torres fue declarado patrimonio cultural y deportivo de la Nación, por medio de la Ley 1067 del 29 de julio de 2006. En 2010, por su avanzado deterioro, el Distrito ordenó el cierre definitivo del escenario en procura de evitar accidentes o lesiones a los deportistas que insistían en jugar fútbol allí.
Hoy el estadio moderno está próximo a ser reconstruido, ya que hace parte de los escenarios para los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018. El Distrito se propone adjudicar en breve las obras civiles a través de un proceso licitatorio que en estos momentos se encuentra en etapa de prepliegos. Los diseños arquitectónicos fueron elaborados por el consorcio Estudios y Diseños del Caribe (de Bogotá) a un costo de 461 millones de pesos.
La inversión proyectada asciende a unos 9000 millones de pesos y las obras contemplan cambio del gramado natural a híbrido (sintético y natural), la reestructuración de las gradas, instalación de iluminación LED con un nivel de 1500 lx -adecuado incluso para transmisiones de televisión en HD-, cerramiento del escenario con propuesta de cielo semiabierto para aprovechar la ventilación natural y un nuevo sistema de vigilancia.