Bomberas de Barranquilla
Seis meses después de haber iniciado labores en el Cuerpo de Bomberos Oficial de Barranquilla, Julieth Machado, Elvia De la Rosa y Shelika Charris ya están familiarizadas con las estrategias y tácticas para realizar las maniobras necesarias. Las une la motivación y el altruismo de salvar vidas.
Ellas saben que tienen ante sí todo un reto, pero eso no las intimida, porque la valentía las acompaña para asumir lo que se presente y para hacer uso, sin titubear, de sierras mecánicas, palancas manuales, manguera, chaqueta, botas, guantes, pantalón, casco y máscara, que son las herramientas más utilizadas al momento de apagar el fuego.
Ser las primeras bomberas de Barranquilla genera en ellas gran satisfacción, porque tienen la certeza de que han abierto un nuevo camino para su género, para que la vocación de muchas otras mujeres tenga manera de materializarse. Además de esa satisfacción genuina, las tres sienten una profunda complacencia por ser dueñas de esas habilidades innatas que les permiten cumplir una misión para la cual no todos nacieron.
Estas tres valientes y comprometidas jóvenes forman parte del grupo de los 30 nuevos integrantes del Cuerpo de Bomberos. Durante un mes, en la etapa de inducción, compartieron intensas jornadas teórico-prácticas al lado de sus compañeros, 27 hombres con quienes trabajan en equipo en los diversos turnos que les asignen.
Julieth Machado:
“Me gusta estudiar, investigar, aprender de mis compañeros antiguos, con tantos conocimientos y experiencias que tienen para aportar, también me apasiona participar en la elaboración de proyectos bomberiles.
La primera experiencia de emergencia que viví fue en el incendio que se presentó en Soledad, donde acudimos para brindar apoyo, pero al ser los primeros en llegar al lugar, prácticamente nos apoderamos de la emergencia. En ese momento me concentré al máximo y entré en acción, experimentando diversas sensaciones, pero dispuesta a darlo todo y pensando en mi hijo de 8 años, quien sueña con ser bombero.
En este trabajo se requiere ser en extremo cuidadosa, pues los errores pueden cobrar vidas, puede ser tu propia vida, de la persona que intentas salvar o ambas. De ahí la importancia de aplicar las estrategias adecuadas y de mantener la concentración.
A las mujeres que aspiren a ser bomberas les recomiendo que se apasionen, que estudien y vivan la experiencia, porque este trabajo es muy bonito, pero hay que enamorarse de esta profesión.
La verdad es que me emociona mucho que la administración del alcalde Alejandro Char nos haya dado a las mujeres la oportunidad de demostrar que sí podemos, que esto no requiere del 100 % del género masculino, puesto que de lo que se trata es de tener la idoneidad para el manejo de las estrategias y tácticas que se requieren para realizar las maniobras”.
Shelika Charris:
“Existen muchas palabras para describir cómo me he sentido, pero creo que principalmente el orgullo y las ganas de crecer en esta profesión describirían a la perfección este sentimiento que me embarga.
La parte más agradable para mí siempre será compartir con todas las personas que trabajamos en la institución, aprender de cada uno de ellos y, lo más importante, cumplir a cabalidad con mis funciones a la hora de atender emergencias.
Pienso que debemos ser ejemplo, somos las protagonistas, las llamadas a inspirar a las mujeres. Hay que trabajar con responsabilidad, sensibilidad y compromiso necesitamos que Barranquilla crea en nosotras, no la podemos defraudar en esta experiencia.
A quienes aspiran a ser bomberas, solo les digo que luchen para alcanzar su sueño y que una vez lo logre, no dejen de retroalimentarse, de estudiar, porque esta es una profesión en la cual hay que actualizarse constantemente, no dejar de insistir y ser pacientes .
Mi próxima meta es estudiar y encaminarme hacia proyectos de mejoramiento en la institución, lo cual nos permitirá seguir avanzando”.
Elvia De la Rosa:
“Me he sentido súper bien desempeñando mi labor. Doy gracias a Dios por haberme permitido llegar aquí a cumplir con una misión que me da la oportunidad de comprobar lo valioso que es ser bombera, de conocer a fondo la condición humana y valores como la honestidad, la solidaridad y la humildad.
La parte más agradable del servicio es la satisfacción de ayudar y de que esa persona que recibe nuestros servicios, se sorprenda de que expongamos nuestras propias vidas por ayudar y proteger al que lo necesita.