Rodrigo Montoya Espitia: Sensibilidad social que deja huellas
Sí, su sensibilidad social deja huella, pero no lo dice Rodrigo Montoya, lo revelan sus acciones encaminadas siempre a brindar, a quien lo necesite, lo mejor de su esencia, de sus fortalezas, de sus conocimientos.
Desde Montenegro, Quindío, su lugar de origen, vino por primera vez a Barranquilla en el 2012. Sin conocer a nadie, cargando una maleta, grandes expectativas y sueños por cumplir, llegó para quedarse. Acababa de ganar, mediante concurso de méritos de la Comisión Nacional del Servicio Civil, el derecho a un cargo de profesional universitario en la Secretaría Distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo.
En su tiempo libre, recién llegado, Rodrigo se dedicó a conocer la ciudad, tomando distintas rutas de buses para dirigirse a los diversos barrios. Al principio lo golpearon el calor y la humedad, pero, por otra parte, lo cautivaron la calidez, espontaneidad, hospitalidad y alegría de la gente de Barranquilla.
Se posesionó el 7 de junio y enseguida inició labores, entregándose de lleno durante cuatro años a sus funciones en la organización de las Casas Distritales de Cultura, de 30 que encontró al llegar, dos años después aumentaron a 75 y otros dos años más tarde, a 130. Haber logrado fortalecer este programa fue el resultado de un gran trabajo en equipo en el cual Rodrigo Montoya jugó un rol destacado en el área operativa.
Desde hace dos años, en calidad de enlace de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo, realiza otras funciones: ahora le corresponde participar en los comités de Primera Infancia de la Secretaría de Gestión Social, ser interventor de algunos proyectos lúdicos y coordinar la presentación de la Orquesta Sinfónica Metropolitana en diferentes instituciones educativas, para que los niños y adolescentes presencien estos conciertos, y que se familiaricen con otras propuestas musicales de las cuales puedan beneficiarse.
“Cuerdas y Melodías para Relajar”, es otra de las iniciativas de Rodrigo. Con sus compañeros de trabajo diseñó el Proyecto de Aprendizaje en Equipo-PAE, con el propósito de enseñar a tocar guitarra a funcionarios de la Alcaldía, previa inscripción. Las jornadas teórico-prácticas que se cumplen los miércoles y jueves, se iniciaron en mayo y finalizan este mes.
En su primer año en la Alcaldía conformó y dirigió, con el apoyo de Gestión Humana, el coro con los hijos de funcionarios para la realización de la novena de Navidad en cada piso del edificio central, actividad que lideró durante tres años.
En esta oportunidad, los beneficiados son un grupo numeroso de niños del barrio Barlovento, quienes fueron seleccionados tras convocatoria para el proceso de formación coral. Se preparan para participar en la novena navideña en la intendencia. Es así como todos los sábados se cumplen los ensayos con los 31 niños, cada uno de los cuales fue apadrinado por un funcionario de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo, quienes aportan las meriendas para cada reunión y regularmente, con el decidido y entusiasta apoyo del secretario Juan José Jaramillo, los llevan de paseo a diversos lugares y eventos que se realizan en la ciudad. Así nació y se formalizó el Coro Infantil Voces de Barlovento, cuyos integrantes ya tienen su respectiva camiseta de uniforme. El propósito de Rodrigo para el próximo año es enseñarles a tocar instrumentos y formarlos en valores, en el respeto a sus padres y a todas las personas.
El deseo de un trabajo estable y digno lo trajo a Barranquilla, lejos de sus dos hijas, de su mamá, de su hermano, de su familia. En el Quindío generalmente trabajaba por prestación de servicios, así es que ese 2012 con salarios mensuales y todas las prestaciones de ley, primas, vacaciones y cesantías, le proporcionaron una alegría y una tranquilidad inmensas.
Rodrigo Montoya estudió Trabajo Social en la Universidad del Quindío y es licenciado en Música de la Universidad Tecnológica de Pereira. Entre 2004 y 2007 fue director de la Casa de Cultura de Montenegro y presidente de la Asociación de las Casas de Cultura del Quindío.
“Estar vinculado de planta a la Alcaldía, me permite educar a mis hijas, ayudar a mi mamá y a un hermano en condición de discapacidad que vive con ella. Vengo de una familia muy humilde”, dice Rodrigo, visiblemente agradecido por su empleo y por la oportunidad de seguir avanzando profesionalmente. “El año pasado hice un diplomado en Primera Infancia y este año en Emprendimiento”, comenta emocionado.
En el 2009 estuvo en México invitado por la Unesco participando en el encuentro sobre las mejores prácticas en políticas y programas de juventud. En 2005, en Argentina asistió a un evento sobre la política vivida desde la fraternidad. Y un año antes de terminar estudios profesionales, en 1998, fue seleccionado para participar en Italia, durante un año, en un gran programa que le permitió compartir con jóvenes de todo el mundo. “Fue una experiencia muy interesante, que nos proporcionó las herramientas para superar desde la fraternidad las barreras por diferencias de cultura, raza o religión”.
Al regresar a Colombia terminó la carrera, y después del terremoto de Armenia en 1999, empezó a trabajar con la Red de Solidaridad Social, brindando ayuda a los damnificados, aunque él fue uno de ellos, su casa había quedado destechada.
Ese mismo año en septiembre participó en la creación de la Escuela de Artes Pirimbambao, como una manera de ofrecer a los jóvenes del municipio actividades enfocadas hacia el sano aprovechamiento del tiempo libre un espacio de interés general y de contribución a la realización de su propio ser, gracias al proceso de reconstrucción del Eje Cafetero.
“El progreso de Barranquilla ha sido muy significativo en estos 10 últimos años. No solo son los avances importantes en infraestructura, educación y salud, sino también en el trabajo social que el alcalde Alejandro Char ha emprendido por los más necesitados”.
Rodrigo Montoya Espitia, ejemplo de superación personal, es un ser humano extraordinario que disfruta cada vez que logra entregar sus dones y sus conocimientos a los demás, cada momento en que con genuina sensibilidad social brinda ayuda a quien la necesite.