Segunda parte La historia de unos años entre la vida y la muerte

Robert se detuvo, ¿por qué vas a hacer eso? Escuchó, como si se tratara de una revelación, como si fuera el mismo Dios quien le hablaba…

A segundos de intentar acabar con su vida, lo que el predicador decía por radio le llegó al corazón: “¿Por qué no pones al servicio de los demás todos esos talentos que tienes? ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué lo vas a hacer?” Reacciona y piensa que su realidad va mucho más allá del pánico, sabe que tiene talentos y que quiere seguir las palabras de quien le habló en ese momento, y ponerse a servicio de los demás.

A Robert lo invitaron a una obra de teatro en el Amira De la Rosa, fue algo así como una función divina, la historia que relataban parecía ser su propia historia, todo lo que dramatizaban y contaban había sido escrito como para él. Al finalizar la función se acercó a Haydee Mendiwelso Bendeck, directora de la fundación “Descubrámonos” autores de la obra. Y, a partir de ese momento, empezaron a cambiar los colores de esta historia y Haydee se convirtió en su ángel.

Así fue como Robert inició un vacacional sobre calma y control de las emociones dentro de la fundación mediante talleres, vigilias y tratamientos médicos Robert empezó un proceso de confrontación consigo mismo que lo condujo a descubrir sus talentos y habilidades, viendo la luz al final del túnel. Llegó a convertirse en la cara visible de la fundación, visto ahora como un líder no solo por sus compañeros y la sociedad sino también por él mismo, lo que tanto le había costado… Entonces comprendió que la solución a tanta angustia siempre estuvo dentro de él, y solo bastó conocerse y aceptarse para empezar a salir del estado que lo había tenido frenado durante tantos años.

Por otro lado, su vida sentimental siempre se había visto afectada por sus problemas, Robert siempre fue un chico inestable, que tildaban de mujeriego y pícaro con las mujeres en la fundación conoció a la madre de sus hijos encontrándose así con el sentimiento más grande del mundo: el amor por los hijos. Cuando nacieron sus mellos, Juan Pablo y Mariana, entendió muchas cosas y los pequeños se convirtieron en sus maestros. Con la llegada de sus hijos aumentaron los gastos y Robert buscó una actividad alterna. Viendo anuncios en el periódico encontró uno donde hablaban sobre iniciar un curso de recreación, para luego quedarse ahí trabajando. 40 mil pesos ganaba por fiesta, al cabo de unos meses compró su amplificación y empezó a trabajar el solo ofreciendo animación, recreación, presentación, etc. La calle fue su escuela y esta experiencia le sirvió para confirmar su vocación por la presentación y la expresión con el público. Se fue a Bogotá a estudiar presentación por dos meses durante los fines de semana, y decidió especializarse en Desarrollo Social en la Universidad del Norte, y su vida cada día se encamina más hacia la estabilidad y el éxito. Su sueño: ser conferencista motivacional, y se preparó para eso.

Su relación con sus padres mejoró, a su papá lo perdonó y le pidió perdón a su mamá de crianza Alba Espinoza, a quien considera como aquella persona a quien le debe todo sus hijos son la luz de su vida, y su motivación para todo. Hoy Robert cumple su sueño y se dedica además de su trabajo en la Secretaría de Gestión Social, a dictar charlas motivacionales con su experiencia como testimonio de vida.

El fin de semana pasado Robert estuvo en el Cerrejón, donde dictó una conferencia a empleados de esta empresa, con su historia como motivación. Tal como lo soñó de niño, hoy su vida está llena de luces, escenarios y público, aquel al que hace un tiempo hubiera sido incapaz de dirigirse, hoy lo llenan de energía.

Después de una vida llena de altibajos, una infancia disfuncional, una adolescencia llena de miedos y pánico, hoy Robert le da gracias a Dios y a la vida por haber pasado todas esas vicisitudes, dice que si pudiera repetir la historia lo haría de la misma manera. Recordar cada uno de estos difíciles momentos no hacen sino llenarlo de orgullo y satisfacción, poder contar su historia y que pueda servirle a los demás es la alegría más grande, para el final de esta nota quiso dejarnos un mensaje claro, con un fragmento de la canción de su autoría “Frío de Hospital”:

Hoy que veo que ha pasado tanto tiempo

Entiendo a aquellos que hoy viven lo mismo

Ya sin ganas de vivir, yo te digo se feliz

SI YO PUDE, TU TAMBIÉN PODRÁS SALIR

Gracias Robert por compartirnos tú conmovedora historia, eres orgullo de nuestra Capital de Vida.

 

“Frío de Hospital”

Autor: Robert Barraza

Ese frio de hospital, aun lo recuerdo

Veo cables que unidos a mi han colocado

Y después de examinar, me acaban de recetar

Pastillas para que calmen mi ansiedad

Veo la cara del doctor muy sorprendido

Explicándole a mamá lo que me pasa

Dice que no ve motivos, para que me sienta así

Que soy joven y con años por vivir

Es que es muy fácil decir pon de tu parte

Cuando hay noches en que el sueño no concilias

Y del miedo no hay control, a mil va tu corazón

Y sin nadie que te dé una explicación

Este es miedo no es normal, quien me lo podrá quitar

ayy que extraña sensación, va a estallar mi corazón

 

Solo en un momento así se pide ayuda

Y te atreves a ofrecer muchas promesas

Tú le dices al creador, que un día vas a ser mejor

No la voy a embarrar más, sácame de esta

Yo lo sé yo lo viví no me han contado

El suicidio se pasó por mi cabeza

Casi sin respiración, perdí todo mi control

Es creer tener la muerte muy de cerca

Pero lo agradezco a Dios que fue bendito

El pánico transformó mi existencia

Entendí que de porqués, no me podía sostener

Que en la vida todo tiene su razón de ser

El pánico ya se fue, y mi vida transformé

Alguien me dio lo mejor, le dedico esta canción

Hoy que veo que ha pasado tanto tiempo

Entiendo a aquellos que hoy viven lo mismo

Ya sin ganas de vivir, yo te digo se feliz

SI YO PUDE, TU TAMBIÉN PODRÁS SALIR.