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Servir para vivir, vivir para servir…
Tres mujeres de nuestra Capital de Vida
Liliana, Emma, y María del Pilar son nuestras protagonistas de hoy, funcionarias de la Alcaldía Distrital que, aunque se encuentren en pisos diferentes y cumplan con distintas funciones dentro de sus dependencias, coinciden en la más importante: servir a los demás.
Su vocación de servicio va más allá de los cargos y los números, es algo innato que no solo las hace únicas, sino que las hace muy queridas dentro de nuestra institución. Es común ver llegar usuarios a la dependencia equivocada, estamos acostumbrados a recibir gente que no sabe dónde pedir la información, y mientras algunos los ignoran en medio de las ocupaciones, muchos, como nuestras mujeres del día de hoy, los reciben con una sonrisa y una solución, así la mayoría de las veces no sea de su competencia.
Liliana Peinado lleva más de 20 años trabajando en la Alcaldía de Barranquilla, abogada de profesión, inició labores en la Secretaría de Gestión Humana, como parte del equipo de nómina, un año después ingresó a la Oficina de Control Disciplinario Interno, de la cual sigue haciendo parte como juez disciplinaria, encargada de sacar adelante los procesos de su área.
Liliana ha sido una persona comprometida con lo que hace, dice que la clave ha sido su vocación, su pasión, el amor por su trabajo y por la entidad que le ha dado todo, como ella misma afirma “yo no permito que nadie hable mal de la Alcaldía, yo la amo”. Ha sido agente de cambio desde hace varios años, siempre con un perfil de servicio, buscando retribuir lo que la institución le ha brindado. Quienes se le acercan le dicen que transmite mucha confianza, y esto hace que sea una de las funcionarias más queridas de su dependencia. Considera que la atención al usuario siempre debe ser excelente, pues es por ellos que estamos aquí, que si no fuera por la atención, el día de mañana pudiéramos ser reemplazados por máquinas, por eso debemos siempre brindar lo mejor de nosotros a quien se nos acerca. Liliana finaliza diciendo que nos deberíamos sentir orgullosos de ser servidores públicos, que estar en una entidad como esta es un lujo que no todos se pueden dar.
Emma Campo Márquez trabaja en la Oficina de Servicio de Atención a la Comunidad de la Secretaría de Salud. Sus inicios en la misión de servir se remontan a mucho tiempo atrás, a la época en que atendía a la población vulnerable de la calle por las noches salía en ambulancia a recorrer la ciudad, buscando ayudar a esas personas que no tenían posibilidades de acceder a un sistema de salud y que vivían a la intemperie. Luego pasó al Hogar de Paso, programa social donde se rehabilitan esos habitantes de calle, se les da un techo donde dormir, alimentos para comer y, por supuesto, atención médica. De esta experiencia cuenta la inmensa satisfacción que siente al encontrar totalmente recuperados a tantos exhabitantes de calle que en su momento ella atendió. Hoy, desde su cargo en la Secretaría de Salud, le corresponde interactuar con líderes comunitarios en el área de salud, trabajando de la mano con los usuarios, algo que la hace muy feliz, pues su mayor fortaleza radica en aplicar sus conocimientos y volcar su indiscutible experiencia en la atención al ciudadano. Es trabajadora social, pero asegura que su vocación es empírica y que siempre trata de ponerse en los zapatos del otro para poder entenderlo y asesorarlo de la mejor manera. “Amo mi ciudad, amo mi trabajo, amo a mi gente” dice, dándole gracias siempre a la institución que le ha dado la oportunidad de salir adelante y vivir para servir.
María Del Pilar Casañas hace parte del equipo de trabajo de la Secretaría General, el tercer cielo, como ella le llama. Al llegar es muy fácil identificarla, pues su inmensa sonrisa y auténtica amabilidad la diferencian del resto. María Del Pilar llegó a la Alcaldía en el año 2008, inició labores en Gestión Documental, para luego atender a los ciudadanos en las ventanillas del primer piso, y finalmente subió a su tercer cielo: la Secretaría General, donde se siente plena y feliz. Su vocación le brota por los poros, la buena energía que transmite contagia hasta al más estresado de los usuarios que llega en busca de una solución, porque para María del Pilar es una alegría poder ayudar a quien lo necesite. “Esa es mi felicidad, buscarles soluciones, pero con gozo, a mí me encanta que me atiendan bien, por eso es que yo atiendo con amor”. Ama su Alcaldía y su trabajo, razón por la cual pasa toda la jornada contenta, sonriendo, transmitiendo positivismo siempre. Finalizamos nuestra charla con María Del Pilar escuchando sus valiosos consejos invitándonos a vivir la vida, a ser entusiastas y servir con alegría, con el corazón.
Hoy damos gracias a estas tres mujeres que adornan nuestra Capital de Vida con su vocación de servicio, siempre aportando lo mejor a cada persona que llega. Ejemplo del buen servidor, de esos que se necesitan en instituciones como la nuestra.
Si conoces otros servidores como nuestras protagonistas de hoy, escríbenos y contaremos su historia, la historia de hombres y mujeres que dan lo mejor de su esencia y de su formación académica.
María del Pilar Casañas
Liliana Peinado
Emma Campo