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En la plaza de San Roque, Alcaldía entregó módulos para ventas estacionarias
La Secretaría de Control Urbano y Espacio Público entregó 22 módulos de ventas a igual número de comerciantes informales, como complemento del proyecto de construcción de la plaza de San Roque, puesta en servicio a finales del año pasado.
Los favorecidos, que en su momento fueron afectados con la ejecución de las obras y reubicados provisionalmente en los alrededores de la plaza, hicieron parte de un riguroso proceso de selección teniendo en cuenta el tipo de artículos que expenden y que su actividad sea compatible con el entorno en materia urbanística.
Son 12 mujeres y 10 hombres, con edades entre los 30 y 80 años, algunos de ellos procedentes de otras regiones del país desde hace mucho tiempo por causa de la violencia armada. La mayoría se dedica a la venta de productos como jugos naturales, refrescos, golosinas, gafas y artesanías. Entre ellos figura incluso un relojero con 35 años de desempeño en ese oficio.
Desde hace escasos diez días se vienen llevando a cabo los sorteos de los módulos o kioscos que estos comerciantes ocuparán a partir de hoy en este nuevo sitio que ya es considerado una nueva postal de Barranquilla y que ha tenido gran aceptación entre los ciudadanos.
“En Navidad y en Semana Santa, muchas personas, de aquí y procedentes de otras partes, disfrutaron esta plaza y su entorno, y asistieron a la iglesia. En las redes sociales montaron cualquier cantidad de fotos teniendo como fondo esta hermosa plaza que ya es un referente turístico”, dijo el secretario de Control Urbano y Espacio Público, Henry Cáceres Messino.
“Valió la pena la espera para estos comerciantes porque ahora estarán relocalizados en un sitio al que ya llega mucha gente a visitarlo”, puntualizó el funcionario.
Vigilancia garantizada
Solo uno de los módulos ha estado en funcionamiento desde que se dio al servicio la plaza de San Roque. Se trata del punto de información turística instalado por la Policía Metropolitana, en el que hay presencia permanente de uniformados para orientar a los visitantes sobre las atracciones turísticas de la ciudad y los eventos culturales programados, al tiempo que ejercen vigilancia con el apoyo de patrullas vehiculares y motorizadas, con el fin de garantizar la seguridad en ese sector del barrio que lleva el mismo nombre del santo patrono.
Otro módulo que tendrá uso institucional será asignado próximamente a la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo con el fin de organizar distintas actividades de promoción, presentaciones, puestas en escena, exposiciones artísticas y otros eventos que permitan incentivar la sana y pacífica convivencia entre los vecinos y demás visitantes.
Gracias al aporte de una empresa embotelladora de refrescos, se logró el suministro de pequeños enfriadores a los comerciantes, con los cuales podrán mejorar sus ventas al ofrecer a sus clientes bebidas y productos fríos para calmar la sed.
A la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público le queda pendiente por asignar 8 módulos para completar los 32 que hacen parte del proyecto de construcción de la plaza de San Roque. El objetivo es que estos últimos locales sean ocupados por vendedores que estén incluidos en el censo de comerciantes informales del Centro Histórico.
El cambio para mejorar
A partir de hoy, don Justiniano Manjarrez y su esposa Elonais Cárdenas, quienes llevan cada uno entre 20 y 21 años vendiendo jugo de naranjas en la zona, podrán disfrutar las nuevas condiciones que ahora tendrán sus sitios de trabajo, gracias a la inversión hecha por la administración distrital.
Lo mismo le sucederá al señor Guillermo Corrales con la venta de su refrescante ‘patillazo’, mientras que para don Miguel Consuegra se acabaron los días de incomodidad y podrá volver a trabajar tranquilo en su oficio de reparador de relojes, en condiciones más confortables. Experiencias similares vivirán sus otros 13 compañeros, que también laboran en forma independiente en los alrededores.
Cabe recordar que en la plaza de San Roque se intervinieron 5.800 metros cuadrados, con una inversión en obras civiles por 4.560 millones de pesos, incluyendo labores de interventoría, más 2 mil millones adicionales que se destinaron a trabajos de mantenimiento y embellecimiento del templo, considerado el segundo en importancia histórica en la ciudad, después de la Iglesia de San Nicolás.